Digamos las cosas por su nombre de una vez por todas: a la dictadura no se  la derrotó con un lápiz y un papel, ese fue sólo un acto, un nanosegundo en 17 años. Nada hubiese sido posible sin la lucha multidimensional que se llevó a cabo durante casi dos décadas.

El discurso de  que a la dictadura se la venció en las urnas ha servido para ocultar el hecho de que parte de la clase política negoció con los militares. Esta ha sido una transición pactada, privatizada, constitucionalizada, binominalizada, dictatorializada.

 Ha valido para invisibilizar el aporte de la lucha armada en el combate anti-dictatorial.

Y desde ese manantial surge este libro que versa sobre el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, no porque fuera el único que recurriera a la lucha armada, sino simplemente porque milité en él.

 Aquí no encontrarán la historia oficial del Frente

Aquí no encontrarán un análisis sociológico minucioso

Aquí no encontrarán un riguroso trabajo de investigación periodística

Aquí no hay ficción, sólo lo vivido directamente por mí y por algunos otros hermanos y hermanas. Todos ellos y ellas contribuyeron mucho más que yo a la caída de la dictadura, por eso aunque esto sea un testimonio personal es, simultáneamente, un memorial a su entrega, sacrifico y coraje.

Mi testimonio no representa a nadie, no habla por nadie, no declama por nadie. Es mi parecer, pensamiento, evocación, intuición. Ni más ni menos. Algunos celebrarán estas palabras, otros  las rechazarán indignados, otros tantos permanecerán indiferentes.

 A mí sólo me importa decir las cosas por su nombre: a la dictadura no se la derrotó con un lápiz y un papel.